27 de julio de 2013

Jugando a ser tuya.

Por atorados nos pasó ésta historia.
Tu estabas ocupado, yo también.
Tu tenías dueña, yo dueño.

Nuestras miradas se cruzaron y no tuvimos que decir nada.
Solo sabíamos que debíamos juntarnos. 

Quizás no éramos nosotros, 
eran nuestros cuerpos que pedían esta cercanía. 

Comenzó con una mirada que poco a poco fue quemando mis entrañas, 
no me habías tocado y ya se calentaba mi mente. 

Te acercabas lentamente a mi cuerpo, 
sentía el vapor que brotaba de tu piel, 
mi vestido era de papel, 
temblaba sin saber por qué.  

Por un momento pude sentir como tus manos se paseaban en mi cuerpo, 
como tu piel se rozaba con la mía. 
Solo te acercabas y yo respiraba. 

Más fuerte 
más sensible 
más intenso. 

Mi corazón se aceleraba y aun no me tocabas, 
cuando finalmente rodeaste con tus manos mi cintura, 
mis piernas daban la bienvenida a tus besos. 

Aunque mi cuerpo se quedaba quieto, 
mi lengua solo fingía ser indefensa. 
Esperaba abrir los labios y sentir esa lluvia de sabor. 

Y aunque solo fue una noche, 
fue una aventura divertida, 
solo fue testigo la luna, 
mientras yo jugaba a ser tuya. 

No hay comentarios: