29 de abril de 2013

Un ceviche, un atardecer un chardonay

Hay varias formas de cerrar ciclos en la vida, particularmente me han tocado muchos, y me tocarán unos cuantos más, pero sin duda ésta es una de las mejores que he vivido. 
He entregado mi vida, mi alma, mi cuerpo y mi corazón a este momento. 

Pero hay etapas, que terminan bien, otras mal, la verdad creo que al final no importa tanto el cierre, sino la actitud para un nuevo comienzo. 

Un ceviche, un atardecer  y un chardonay, así despido yo tres meses de una hermosa fantasía, llena de sonrisas, lágrimas, mentiras, drama y amor. 
Muchas noches de pasión, (unas cuantas tardes, madrugadas también), pero siempre entregando el todo. 

En ésta etapa conocí el amor, conocí el perdón, ese que sale del alma y del corazón, así que el hecho que haya terminado no significa que haya sido mala. 

A veces entregar todo no significa recibir igual, quizás no es suficiente para la otra persona, o simplemente las cosas deben continuar, pero sin duda significa saber que se vivió cada momento al máximo. De ésta etapa de vida, de tres meses viviendo en Perú, me despido con el alma feliz. Llena de aventuras, amor, crecimiento, evolución, de aprender, de creer y cerrar los ojos y confiar. 

Este ciclo que cierra hoy, mi alma sonríe de haber vivido, despertado, cada momento vale, cada sonrisa cuenta, y cada lágrima deja un aprendizaje, pero es solo eso, una etapa de la historia, y MI historia debe continuar. 

Me despido de Perú (Por ahora) llena de aventuras, 
con un ceviche, un atardecer y un chardonay. 

Último día en Perú. 
04/04/2013


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